Esta noche -en verdad, horrenda noche- sigue transpirando fútbol.
No soy aliancista, pero el equipo de La Victoria había ilusionado incluso a los de otros veneros (sobre todo luego del partidazo que se jugó ante Estudiantes de La Plata, el campeón defensor de la Copa Libertadores de América). Pero un cachetazo -producto de una falla garrafal imperdonable en un partido de alta competencia- le puso un 0-1 que se asoma como irremontable.
Alianza padeció de ese mal que todos conocemos como fútbol peruano.
A pesar de que los colores sean ajenos -como en este caso- uno a veces quisiera que lo logren -que siquiera asomen por instancias decisivas-, que simplemente lo hagan por nosotros, los que nunca llegamos...
El himno del mundial Italia 1990, no sólo me remonta a la primera copa del mundo que viví con esa intensidad y paroxismos emocionales que sólo consigue el fútbol. Pero también es una canción preciosa, muy por encima de mamarrachos como el de Ricky Martin (sin duda, el peor que yo recuerde). Es una canción que nos hace recordar que los héroes sí existen: que por todos los zurdos limitados que nunca llegamos, por todos nosotros, hubo un titán rechoncho con espíritu de acero... Hubo una vez un futbolista argentino que hizo magia y llegó a lo más alto. Un semidios parido en una villa-miseria que, más pronto que tarde, nos recordó que era más humano de lo que muchos pensábamos.
No creo ser tan viejo, quizá exagero, pero -ahora que me preocupa lo que Maradona hará en la Copa- ya puedo decir que esos "eran otros tiempos, era otra la historia..."
No soy aliancista, pero el equipo de La Victoria había ilusionado incluso a los de otros veneros (sobre todo luego del partidazo que se jugó ante Estudiantes de La Plata, el campeón defensor de la Copa Libertadores de América). Pero un cachetazo -producto de una falla garrafal imperdonable en un partido de alta competencia- le puso un 0-1 que se asoma como irremontable.
Alianza padeció de ese mal que todos conocemos como fútbol peruano.
A pesar de que los colores sean ajenos -como en este caso- uno a veces quisiera que lo logren -que siquiera asomen por instancias decisivas-, que simplemente lo hagan por nosotros, los que nunca llegamos...
El himno del mundial Italia 1990, no sólo me remonta a la primera copa del mundo que viví con esa intensidad y paroxismos emocionales que sólo consigue el fútbol. Pero también es una canción preciosa, muy por encima de mamarrachos como el de Ricky Martin (sin duda, el peor que yo recuerde). Es una canción que nos hace recordar que los héroes sí existen: que por todos los zurdos limitados que nunca llegamos, por todos nosotros, hubo un titán rechoncho con espíritu de acero... Hubo una vez un futbolista argentino que hizo magia y llegó a lo más alto. Un semidios parido en una villa-miseria que, más pronto que tarde, nos recordó que era más humano de lo que muchos pensábamos.
No creo ser tan viejo, quizá exagero, pero -ahora que me preocupa lo que Maradona hará en la Copa- ya puedo decir que esos "eran otros tiempos, era otra la historia..."
2 comments:
bien! :D
http://www.youtube.com/watch?v=eHKUCcck02A&feature=related
con esta si me lloro
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