«Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado» (Jorge Luis Borges, El Sur).
2013/06/12
Histeria
Sin tocarte, sin alcanzarte
Podrías tratar de acercarte a mí
Estoy de suerte, estoy en la profundidad, sí
Hipnotizado, me tiemblan las rodillas…
Tengo que saber esta noche
Si estás sola está noche
No puedo detener este sentimiento
No puedo detener este fuego
Oh, me pongo histérico, histeria
Oh, puedes sentirlo, ¿puedes creerlo?
Es tal misterio mágico
Cuando te llega ese sentimiento, mejor empieza a creer
Porque es un milagro, oh, di que lo harás, oh, bebé
Histeria cuando estás cerca
Fuera de mí, dentro de ti, sí
Te podrías esconder, es una calle de un solo sentido
Oh, créelo estoy dentro de ti, sí
Ábrete de par en par, así es, vuela de mis pies
Oh, cree en mí.
Tengo que saber está noche
Si estás sola está noche
No puedo detener este sentimiento
No puedo detener este fuego
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