«Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado» (Jorge Luis Borges, El Sur).
2009/12/06
No te preocupes, Johanna...
Mi vida, fuimos a volar
con un solo paracaídas:
uno sólo va aquedar
volando a la deriva.
Vivir así no es vivír:
esperando y esperando...
porque vivir es jugar
y yo quiero seguir jugando...
Le dije a mi corazón,
sin gloria pero sin pena:
"no cometas el crimen, varón,
si no vas a cumplir la condena"
Quiero vivir dos veces
para poder olvidarte,
quiero llevarte conmigo,
y no voy a ninguna parte...
No te preocupes, Johanna,
hoy no estoy adentro mío,
tu amor es mi enfermedad:
soy un envase vacío
No te preocupes, Johanna,
no hay pájaros en el nido:
dos ilusiones se irán a volar,
pero otras dos han venido...
Si me olvido de vivir,
colgado de sentimiento,
voy a vivir para repetir otra vez
este momento...
Te bajaría del cielo, mujer,
la luna hasta tu cama,
porque es muy poco de amor
sólo una vez por semana...
Puse precio a mi libertad
y nadie quiso pagarlo,
te cambio tu corazón por el mío
para mirarlo y mirarlo...
Ampas de gloria, mujer,
quiero un pedazo de cielo
para invitarte a dormir
en la cama o en el suelo
un sacrificio ritual bien o mal
yo quiero hacerle a mi estrella
sin principio ni final
no puedo vivir sin ella.
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