2012/01/10

Eduardo Rada: las nuevas iglesias son los malls

Eduardo Rada, además de una vasta formación académica, cuenta con cinco colecciones de libros, entre poemas, cuentos y ensayos. Además dirigió la Cátedra Walt Whitman en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano del distrito de Miraflores (Lima), donde tradujo el Canto de mí mismo que fue publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Desde el año 1997 dirige la Cátedra de Estudios Occidentales y Orientales en el Centro Cultural Ricardo Palma donde actualmente enseña a los Clásicos Orientales más importantes de China, India y Japón. El lunes 9 de enero tuve la suerte de conversar con él, sentados en el atrio de la Catedral de Arequipa.



«Cuando estuve estudiando un posgrado en Estados Unidos me di cuenta de la importancia del lenguaje poético, porque es sintético, directo. Sin duda, hay distintas formas de hacer poesía, pero la que a mí me interesa es la poesía transparente, precisa, lo demás, creo, es palabreo. La poesía es esencia. La poesía que sobrevive es la que hace tomar conciencia a la gente. La escritura de poesía no es —como piensa Platón— un goce estético de deshojar margaritas. Es un tomar conciencia para descubrir la verdad (y la mentira), para descubrir cómo nos atropella la sociedad, cómo nos descerebra el sistema, cómo nos enceguece. Lamentablemente la educación tradicional no nos ayuda a tomar conciencia: ¿para qué nos sirve sacar un título o conseguir un cartón?»

—Usted ha incursionado en el periodismo.

He hecho periodismo cultural en radio. Entrevisté a alrededor de quinientos poetas hasta que la dictadura nefasta de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos me sacó del aire por defender la democracia.

Los medios capitalinos y la cultura

«Son medios capitalinos y capitalistas. La prensa escrita, por citar sólo un ejemplo, ha vuelto a la página cultural una prolongación de los chismes del espectáculo y de la superficialidad. Shakira sale en una página completa del periódico más conocido del Perú —El Comercio— y de Poesía en el Parque, que tenemos más de quince años, con las justas sale una línea: los viernes a las siete de la noche».

Poesía en el Parque: una apuesta de larga vigencia

«Es una propuesta que traje de los Estados Unidos con la idea de la poesía masiva, democratizar la poesía, que ésta no sea elitista, que llegue a todos, a los extramuros del mundo, como diría Verástegui. El año 1990, hicimos Poetas por la Paz, contra Sendero Luminoso y contra el MRTA, con jóvenes poetas peruanos de distintas universidades. El año 1992, en la destrucción de Tarata, hicimos Poesía en el Parque de Miraflores como un evento anual, una maratón contra el terrorismo y se mantuvo durante diez años. El año 1996 nació Poesía en el Parque de manera semanal. Entonces esto demuestra que todo pasó y la poesía quedó. Y la poesía es muy actual porque es como el twitter: hay que ir al grano, no hay que palabrear más, ya nos cansamos del palabreo. Entonces la poesía se ha renovado y la gente no se ha enterado… y los poetas tampoco».

¿Qué circunstancias lo han traído a Arequipa?

Todos los años vengo a Arequipa en dos oportunidades. Mis amigos viven en Arequipa, me alojo en la casa de mi mejor amigo. Volver a Arequipa es como retornar al pasado, es como no olvidar nuestras raíces: con la modernidad perdemos a la familia, a las amistades, no tenemos tiempo para nada, ojalá no lo perdamos. ¡No hay que perder las raíces! Lo que vale en el mundo global es ser local, cuanto más local eres, más global puedes llegar a ser porque marcas una diferencia. Arequipa es una tierra maravillosa…

Pero nos estamos limeñizando…

Limeñizando, europeizando, norteamericanizando… y olvidando el valor real que tenemos. Nos estamos globalizando a la mala. Y la globalización se transforma entonces en una despiadada tiranía mediática y tecnológica.

¿Poesía en el Parque en Arequipa?

Habría que tomar el reto de Lima y no ver solamente a Lima como el enemigo, como el monstruo centralista, sino que también copiemos cosas buenas de Lima.

¿Cómo enganchar a la gente? Para algunas personas escuchar poesía es una pérdida de tiempo…

Dicen ellos, pero una pérdida de tiempo es ver una telenovela o un noticiero o escuchar a un político que habla sandeces. La poesía es conciencia colectiva, yo invito al alcalde o al presidente de la región a que hagamos, acá, en la plaza de armas: tres minutos por persona y listo. Nos han hecho pensar que a la gente le interesa un comino la cultura y que la cultura es algo elitista, pero la cultura es lo humano, nace de la vida cotidiana, de alguna manera en este momento estamos haciendo poesía, estamos tomando conciencia de la escritura como medio para despertar a la gente. Pero hay un problema central: la educación que nos hipnotiza. La sociedad es un cáncer y el método para propagar este cáncer es la educación. Con la educación te convierten en un zombie, en un descerebrado. Antes era la religión, pero como ya la religión entró a otro nivel, ahora la educación es el método.

Salimos de las cavernas para entrar en las tabernas

¿Qué religión profesa?

La poesía. Yo me hice poeta, aunque suene a cliché, cuando leí el poema Masa de César Vallejo, porque me enseñó que la poesía es de todos. El poeta tiene un don: la palabra. Y la poesía también tiene que renovarse, tiene que utilizar el power point, tiene que utilizar los videos, las redes sociales, internet, para llegar a la gente. No podemos quedarnos en las cavernas… Salimos de las cavernas para terminar en las tabernas y ése es un problema.

Las nuevas iglesias son los malls

«Hay intereses creados que evitan una auténtica difusión de la cultura: la iglesia y los monopolios, las grandes transnacionales. Ahora, en Arequipa, están orgullosos porque tienen malls gigantescos. Las nuevas iglesias son los malls. Creemos que hay que copiar a los otros para ser iguales a ellos. Nuestro valor supremo, digo yo, es lo que más nos avergüenza, ¿y qué nos avergüenza más? Ser mestizos. ¡Somos mestizos, somos una fusión y eso es la comida peruana que está en boca de todos en el mundo! Algún día estará la cultura peruana en boga y no lo hemos sabido aprovechar a Mario Vargas Llosa en el buen sentido de la palabra».

Reciclando a Ernesto Sabato

«En el año 2001 estuve en Argentina y leí una frase de Ernesto Sabato que me llamó mucho la atención: la vida se vive en borrador. Yo le arreglé el final: la vida se vive en borrador, pero la poesía la pasa en limpio. Ese es el trabajo del poeta: reciclar».

¿Por qué escribe?

—Lo primero que se me viene a la cabeza: para no aburrirme. Segundo: para conocerme. Y tercero: para tener conciencia.

Y uno toma conciencia —o, al menos, intenta hacerlo— cuando conversa con el jovial Eduardo Rada, Doctor en Administración de Negocios Globales en la Universidad Ricardo Palma, Master en Sociología, en Psicología Social y en Literatura Inglesa, además de estudios en Filosofía y Literatura en la Universidad Estatal de New York, quien está, una vez más de paso, por la Ciudad Blanca para no perder contacto con los amigos (y con el añorado pasado): «Como te decía, yo vengo a Arequipa dos veces al año, para recordar lo que no hay que olvidar, para recordar que la modernidad mal entendida es un peligro si es que no somos conscientes, Arequipa todavía está a tiempo, pero, si nos vamos a rodear de malls como antes de iglesias, vamos a ser un “producto de consumo” y nada más… Vengo a Arequipa como para reencontrarme con el pasado y ahora me encuentro con Wong, con Metro, y me sorprende que la gente esté fascinada con esto en vez de estar fascinada con la Plaza de Armas, el convento de Santa Catalina o con la Catedral…»

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