Juan Máximo Reynoso Guzmán llegó a Melgar el 2014. Fue campeón nacional el 2015 y subcampeón del 2016, sin perder en ninguna de las dos finales. |
Se va nomás nuestro entrenador: Juan Máximo Reynoso
Guzmán. Es el director ténico más exitoso de la historia del club rojinegro:
Ganador del Clausura 2015, Campeón Nacional del año 2015, Subcampéón Nacional
2016 (sin perder en las finales ante Sporting Cristal) y Campeón del Torneo de
Verano 2017, que clasificó a F.B.C. Melgar a la Pre-Libertadores de América del
2018.
Pedí su cabeza luego de los papelones en la
Sudamericana y, después, en la Libertadores (seis derrotas el año pasado). Le
reclamé tantas rotaciones y otras cosas que no vienen al caso. Pero yo no soy
entrenador, apenas un hincha más, que también supo defenderlo cuando, por
ejemplo, ya pedían a Mosquera que terminó por las patas de los caballos en el
Monumental de River: “van a extrañar a Reynoso”, les advertí y su salida marca
el fin de una era: hay un antes y después de Juan Reynoso con el buzo de
entrenador del club más grande del fútbol arequipeño.
Cuando era un corito que se dedicaba a jugar pelota
en el parque de su barrio, la pregunta recurrente era: ¿podré, alguna vez, ver
campeón a mi equipo? ¿Será posible que volvamos a jugar la Libertadores en
Arequipa?
Los primeros relatos que escribí en la época escolar
iban de eso, mi primera pasión: el fútbol, mi equipo y, claro, la revista “El
Gráfico” de Argentina que coleccionaba con devoción religiosa. Acabó mi
infancia y también mi juventud. Me hice adulto. Sin embargo, el sueño seguía
ahí, agazapado y expectante: ¿seré alguna vez campeón? En el 2014, llegó
Reynoso con un proyecto no serio, sino serísimo. Apostó por Arequipa (luego
sabríamos que tenía ancestros arequipeños). Aquella temporada fuimos los
mejores del año y nos quedamos sin nada. El entrenador sabía que era un
proyecto a largo plazo. Paciencia y mucho trabajo. Y así fue. Se vino el
centenario, otro papelón en la Sudamericana y más insultos. El retorno de
Cuesta y un equipo que nunca perdió en casa y castigó en Lima. Y era verdad: no
quería que nadie me despertara. ¿Melgar campeón? ¡Putamadre! ¿Era posible tal
cosa? Todavía sigo repitiendo mentalmente el gol de Cuesta y a todo el plantel
(titulares y suplentes) agolpándose, rodeando a su entrenador, dándole las
gracias y diciéndole que contra todo y contra todos se pudo. Y ahí está Fito,
recordándome que hay personas que no voy a olvidar. Profe Reynoso, gracias por
tanto. Usted está por encima de las mezquindades y, sobre todo, por encima de
los giles que nunca van a la tribuna. Juan Máximo Reynoso ya está en lo más
alto con Máximo Carrasco (el timonel de la gesta histórica del 81). Espero que
vuelva siendo más grande y que mi equipo crezca tanto como usted.
Ya me imagino la primera frase que dirá cuando
pegue la vuelta: “Cuando me fui, no me alejé”. Ojalá, Profe. Melgar y Arequipa
(su segunda casa para siempre) le dan las gracias.
No comments:
Post a Comment