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México 1986: Jorge Valdano abrazado por el mejor del mundo. |
Soy
Jorge Valdano y he metido un gol en una final de una Copa del Mundo.
Jugar
un mundial de fútbol era el sueño recurrente, desde que tengo uso de razón, esa
era la fantasía inalcanzable: me pasaba por la cabeza permanentemente. Y, de
pronto, descubrimos que eso era posible, que eso existía. Y quedamos fascinados
para siempre.
Debo
decir que el estadio Azteca tiene una atmósfera, una luz, muy especial y eso me
resulta inolvidable. Y era el día que había estado esperando toda mi vida. Estaba
convencido de que ese partido lo íbamos a ganar, sí.
El
‘Negro’ Enrique me la tocó y siempre dije que, durante todo el camino, fui
rezando una oración al balón. En realidad, la oración, para sintetizarla, era: ¡entra!
¿Será
verdad o será mentira? ¿Es el mundo real o es otra vez el sueño de toda la vida
de que estoy metiendo un gol en el mundial? ¡Es el temor a que tu madre te
despierte! Miré hacia las gradas y me dije: ¡bueno, eres campeón del mundo! La
sensación de que era un gran privilegiado porque son recuerdos que duran toda
la vida, ¿no?
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