Dos peces jóvenes nadan en paralelo y se encuentran a un pez mayor que nada hacia ellos y los saluda: «Buenos días, muchachos, ¿qué tal está el agua?». Los dos peces siguen nadando hasta que uno le pregunta al otro: «¿Qué diablos es el agua?».
[…] Piensen en ese viejo tópico: «La mente es un estupendo sirviente pero un maestro horrible». Banal y poco atractivo en apariencia, este tópico encierra una verdad enorme y terrible. No es casualidad que casi todas las personas que se suicidan con armas de fuego se disparen en... la cabeza. Le disparan a ese «maestro terrible». Y estos suicidas llevan muertos desde mucho antes de dispararse.
«Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado» (Jorge Luis Borges, El Sur).
2014/09/26
Esto es agua, esto es agua...
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