Volvimos en la edición Nro. 164 de Hildebrandt en sus trece (viernes 9 de agosto) con otro relato.
Para ti que te llevaste marzo y te rendiste en febrero.
O.M.G.
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«Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado» (Jorge Luis Borges, El Sur).
2013/08/10
La cima del Himalaya
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