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En Hildebrandt en sus trece Nro. 206, viernes 13 de junio del 2014. |
Acá un fragmento de ¡Carranza presidente!, una historia en
Hildebrandt en sus trece:
En su fuero íntimo, le parecía
injusto que un don nadie, un personaje gris, fuera el nuevo mandamás.
–Sí –le dije–. Gané por mayoría.
Recuerdo que en aquella ocasión –rociada
de anisado, chicha de jora y cervezas– di un breve discurso citando, de memoria
(y seguramente mal), un hermoso prólogo de un libro de cuentos de Gabriel
García Márquez –Doce cuentos peregrinos–, en donde el colombiano contaba que, a
través de un sueño que le permitió presenciar su propia muerte –habría que
decir, su propio entierro–, cayó en la cuenta de que morir era no estar más con
los amigos.
Pocos de mis compañeros tomaron en
serio ese mensaje. Quizá por que no supe darlo, pues soy un mal orador y un
pésimo ‘político’.
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