En Hildebrandt en sus trece Nro. 205 |
Acá un fragmento:
(...) durante el velorio se apareció, con un pequeño arreglo floral, Abimael Guzmán Reinoso. Algunos testigos, como el portero, inclusive hablaban de una “lanchaza”: un viejo Dodge negro que permaneció encendido, echando de rato en rato un espeso humo obscuro por el tubo de escape, en la puerta del colegio mientras Guzmán ingresaba a la comunidad de los Hermanos para despedirse de quien fuera uno de sus más recordados maestros.
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