La historia “El viajero inmóvil” aparece en la edición N° 263 del semanario Hildebrandt en sus trece. Acá un fragmento:
Pronto llegará Micaela con un nuevo regalo, el final, definitivo. Esta vez sin envoltorios, pero con una dedicatoria a puño y letra. La Santa Biblia. Sí, nada más y nada menos que una Reina Valera, de tapas oscuras y letras doradas:
«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará».
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