En la edición 210 de Hildebrandt en sus trece: Yo también fui un inocente. |
Un homenaje muy chapucero y, de
seguro, olvidable a uno de los titanes arequipeños: Oswaldo Reynoso.
Acá un fragmento:
Me reí y le conté la anécdota a Oswaldo. También le dije que busco las palabras precisas. Algo así como “metió las manos a los bolsillos y fue más hombre que nunca”. Pero estoy lejos. Muy lejos. Cuando yo meto las manos a los bolsillos encuentro un solo boleto, el de un teatro que no existe, el de una vida que nunca fue. No hay palabra para poder expresarlo. Y yo no tengo la culpa.
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