2010/03/28

Mario Vargas Llosa: el magnífico asesino

Vargas Llosa estampa su firma en García Márquez: historia de un deicidio

«Gamboa ríe. Deja de caminar, queda en el centro del aula. Tiene los brazos cruzados, los músculos se insinúan bajo la camisa crema y sus ojos abarcan de una mirada todo el conjunto, como en las campañas, cuando lanza a su compañía entre el fango y la hace rampar sobre la hierba o los pedruscos con un simple movimiento de la mano o un pitazo cortante: los cadetes a sus órdenes se enorgullecen al ver la exasperación de los oficiales y cadetes de las otras compañías, que siempre terminan cercados, emboscados, pulverizados. Cuando Gamboa, con el casco reluciendo en la mañana, apunta con el dedo una alta tapia de adobes y exclama (sereno, impávido ante el enemigo invisible que ocupa las cumbres y los desfiladeros vecinos y aun la lengua de playa en que se asientan los acantilados): "¡Crúcenla pájaros!", los cadetes de la primera compañía arrancan como bólidos, las bayonetas caladas apuntando al cielo y los corazones henchidos de un coraje ilimitado, atraviesan las chacras pisoteando con ferocidad los sembríos –¡ah, si fueran cabezas de chilenos o ecuatorianos, ah, si bajo las suelas de los botines saltara la sangre, si murieran!».

Fragmento de La ciudad y los perros.
I
Una chica, al verlo a poco menos de un par de metros, se queda corta, casi paralizada. No tiene el valor suficiente como para acercarse y pedirle un autógrafo. Entonces ella, con una mirada cómplice acompañada de una poco sutil seña, envía a su solícito enamorado. «Yo no firmo piratería», responde de manera tajante y devuelve intacto un ejemplar de Travesuras de la niña mala que debe de costar algo más de diez Nuevos Soles y es idéntico al que yo tengo en mi recámara.
Es Mario Vargas Llosa, que ha llegado otra vez a su ciudad natal, no para combatir la piratería denegando firmas, sino para hacerla –casi, simbólicamente– innecesaria inaugurando la Biblioteca Regional que lleva su nombre tan celebrado y, a la vez, tan mentado aquí, allá y acullá.
Me conmueve la decepción de la muchacha, pues yo podría haber estado (estoy) en su lugar: soy un hijo de piratería libresca, musical y cinemera (por cierto, no lo digo con orgullo; aunque tampoco con vergüenza). Pero, no hay tiempo que perder en divagaciones de esta índole, pues traigo conmigo un ejemplar histórico y, obviamente, original (García Márquez: historia de un deicidio). Trato de abrirme paso entre los libros estirados y abiertos de par en par, los bolígrafos que buscan llegar a sus ancianas manos y, por supuesto, las ganas desenfrenadas de poder alcanzar al novelista más talentoso que hayan conocido estas tierras.
«Es un libro muy importante para mí», le digo, ganado por la chismografía, con un vago afán provocador, y lo abro precisamente en donde aparecen los apellidos del genio literario de Aracataca: GARCÍA MÁRQUEZ. «Este es un libro muy especial», apostilla él, con una media sonrisa, algo forzada, que tal vez esconde la verdadera historia del puñetazo más famoso y amarillista de la literatura universal (¿cuál de los dos se animará a concluir sus memorias?, pues sabemos que el peruano ventiló buena parte de su vida en El pez en el agua y, por su parte, el colombiano publicó un delicioso mamotreto con bajo el título Vivir para contarla; pero ambos escamotearon esa etapa de amistad y admiración compartida: fines de los años 60 e inicios de los 70).
Mientras termina de estampar sus iniciales, lo miro a los ojos, trato de escrudiñarlo sin éxito. Es un hombre imponente. Estoy sumido en el estimulante convencimiento de que estoy con el sujeto que me abrió las puertas de la narrativa con sus libros; en otras palabras, me cambió la vida: «Don Mario, ¿cómo se hace para llegar tan lejos?». El ya está cansado de esa y otras interrogantes que rayan en el lugar común. Pero cumple su libreto, casi puedo adivinar su respuesta: «Trabajo, más trabajo, ¡mucho esfuerzo!». Es así como se forjó, emulando a Flaubert, trabajando obsesivamente, leyendo con lápiz y papel a William Faulkner: el genio no nace, se hace. Vargas Llosa es una muestra palpable de lo que pueden lograr la dedicación, la pasión y la testarudez entendida de la mejor manera: «Es usted un maestro». Termino con otro lugar común, con otra verdad grande como la flamante Biblioteca Regional. Darle su nombre a una biblioteca y hacer de este ambiente un punto de encuentro de lectores y escritores debe ser la mejor manera de rendirle un homenaje a un artista de pluma infatigable que ya anuncia la inminente aparición de su último esfuerzo de galeote, seguramente para fines de año: El sueño del celta.

II

«Abrió los ojos a las cuatro de la madrugada y pensó: “Hoy comienzas a cambiar el mundo, Florita”. No la abrumaba la perspectiva de poner en marcha la maquinaria que al cabo de unos años transformaría a la humanidad, desapareciendo la injusticia». El comienzo de El paraíso en la otra esquina (2003), es, para este prescindible lector, una invitación a imaginar el instante en que Vargas Llosa se dijo a sí mismo, con una convicción a la altura de su talento: hoy comienzas a cambiar la literatura (que es una forma virtual de cambiar el mundo, nuestro mundo, fabricando uno paralelo que fisgonee sin pudores lo mejor y lo peor que llevamos en las entrañas). Y lo hizo añadiendo ingredientes capitales: su resentimiento, su nostalgia, su crítica. Muy a su manera –heredero de Faulkner, Flaubert y, a veces a pesar suyo, de Sartre– es un continuador de primer orden de «la tradición de ese invisible linaje de contadores ambulantes de historias», pues la literatura, el oficio mismo ancestral de contar relatos, desboca su corazón «con más fuerza que lo hayan hecho nunca el miedo o el amor» (El hablador, 1987).
Este domingo 28 de marzo, el novelista mayor de las letras peruanas cumple 74 años y el mejor regalo que puede ofrecerle un diletante disfrazado de escribidor, es este farragoso colage que alterna entre la anécdota, la rendida admiración, las citas librescas y, cómo no, sus discursos más incandescentes en donde nos anunciaba que él es un aguafiestas por definición: «la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón del ser del escritor es la protesta, la contradicción y la crítica. Explicarles que no hay término medio: que la sociedad suprime para siempre esa facultad humana que es la creación artística y elimina de una vez por todas a ese perturbador social que es el escritor o admite la literatura en su seno y en ese caso no tiene más remedio que aceptar un perpetuo torrente de agresiones, de ironías, de sátiras, que irán de lo adjetivo a lo esencial, de lo pasajero a lo permanente, del vértice a la base de la pirámide social. Las cosas son así y no hay escapatoria: el escritor ha sido, es y seguirá siendo un descontento. Nadie que esté satisfecho es capaz de escribir, nadie que esté de acuerdo, reconciliado con la realidad, cometería el ambicioso desatino de inventar realidades verbales. La vocación literaria nace del desacuerdo de un hombre con el mundo, de la intuición de deficiencias, vacíos y escorias a su alrededor. La literatura es una forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza. Todas las tentativas destinadas a doblegar su naturaleza airada, díscola, fracasarán. La literatura puede morir pero no será nunca conformista» (Caracas, 1967).

Permítame, don Mario, caer en el indecoroso acto de convencerme de que, sin piratería, sus libros jamás habrían de llegar a mis manos. En suma: la llama -el fuego que es la literatura-, sin herramientas ni medios adecuados, jamás habría de encenderse. No hubiera podido ser lo poco que soy. Eso, a usted, debe importarle nada; mi confesión no debe moverle siquiera un pelo de su nívea cabellera. Pero a mí sí me importa tanto como lo que cada uno de sus libros y relatos me enseñaron, me hicieron un subersivo de la realidad, me pusieron contra todos, contra mí mismo, «contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad. Escribir es una tentativa de corrección, cambio o abolición de la realidad real, de su sustitución por la realidad ficticia que el novelista crea. Este es un disidente: crea vida ilusoria, crea mundos verbales, porque no acepta la vida y el mundo tal como son (o como cree que son). La raíz de su vocación es un sentimiento de insatisfacción contra la vida: cada novela es un deicidio secreto, un asesinato simbólico de la realidad». Escribir como único –válido, legítimo, irrenunciable– homenaje al hijo más pródigo de Arequipa, aquél que nació en el Boulevard Parra, y deambuló por el mundo haciendo de su historia, muchas historias. Escribir como si se nos fuera la vida en ello, aun a riesgo de que no seamos tan magníficos y memorables asesinos como Mario Vargas Llosa.

Arequipa, 28 de marzo de 2010.
Publicado hoy en el diario El Pueblo de Arequipa.

2010/03/15

«La isla siniestra» de Scorsese: un homenaje a la ficción


¿Qué es peor? ¿Vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?

Muchas películas de Martin Scorsese (Nueva York, 1942) generan un impacto muy fuerte en un sujeto como yo que tiene mucha fijación por los desadaptados, los sicóticos y, faltara más, por mis viejas paranoias. En Taxi driver, por ejemplo, uno puede sentir -antes que conmiseración o sentimientos negativos- una especie de empatía con ese infeliz conductor de taxi que parece sumido en una espiral de espantosa irrealidad que lo desbarata, pero no termina por derrumbarlo. En Cabo de miedo, Scorsese puede erotizar, excitar magistralmente, cuando en realidad debería de producir terror y ansiedad (un temible rufián coquetea con una niña que llega a darle el primer beso de su vida).
La isla siniestra es una poderosa exploración de la locura. Una película que oscila entre la verdad (la realidad) y la mentira (las ficciones que pergeña la locura). Leonardo DiCaprio, a estas alturas casi un fetiche del director newyorkino, muestra una solidez actoral en un libreto que puede volver loco a cualquiera. Acá, todo está hecho de espejismos, alucinaciones y desbarajustes emocionales. ¿Quién dice la verdad y quién miente? El personaje busca acorralar a quienes considera elementos negativos. Empero, es él quien termina encarcelado por la irrealidad que transpira cada escena de la película. Como dice Carlos Boyero: el arte de Scorsese bucea en la locura. Scorsese demuestra una vez más que es uno de los más grandes. Y DiCaprio está a la altura de sus tentativas.

Para leer la crítica de Carlos Boyero clic aquí "Isla siniestra / Shutter island"

Otras 36 películas:
1.-El último voto / Voto decisivo (de Joshua Michael Stern)
2.-Crazy heart (de Scott Cooper): Jeff Bridges personifica a un alcohólico impenitente y, además, cantante de música country. Conocerá a una mujer que lo ayudará a redimirse. Gracias a este papel ganó el premio Oscar a mejor actor principal. Creo que, más allá de su destacada interpretación de canciones, las mejores escenas se dan en su soledad, donde el alcohol se hace dueño de su vida y, luego, cuando confiesa su vicio en Alcohólicos Anónimos. Es inevitable remitirse a Rachel quiere casarse (de Jonathan Demme), otra gran película que aborda con solidez el tema del alcoholismo.
3.-Celda 211 de Daniel Monzón: es probablemente la película del año 2009 para el prolífico cine español. Arrasó con los premios Goya (en total 8, incluyendo Mejor Película, Mejor Actor y Mejor Director). El director de esta relevante película es Daniel Monzón (1968) y el protagonista es Luis Tosar (1971), encarnando al despiadado Malamadre.
4.-Enseñanza de vida / An Education (de la danesa Lone Scherfig)
5.-Preciosa / Precious de Lee Daniels: Un drama bastante doloroso -casi insoportable-, con varias escenas de violencia familiar (violaciones de su progenitor, inclusive). Narra todo los avatares por los que pasa una joven marginal con un desbordante sobrepeso y con una familia poco más que atroz.Preciosa es una producción de la archifamosa presentadora de televisión yanqui Oprah Winfrey y Tyler Perry, triunfadora el año pasado 2009 en el festival de cine de Sundace: Gran Premio del Jurado, Premio de la Audiencia y Premio Especial del Jurado.
6.-
En el nombre del Padre (de Jim Sheridan): Terrorismo y un error judicial son el punto de partida para la inolvidable En el nombre del Padre. Daniel Day Lewis ha sido considerado con justicia el mejor actor de su generación (ha merecido ya dos premios Oscar y otras tantas nominaciones). Esta una película irlandesa de 1993 basada en los casos de los Cuatro de Guildford y los Siete de Maguire.
7.-Soy Leyenda (de Francis Lawrence): no me llama la atención Will Smith como actor, pero me gustó mucho su actuación en Día de la Independencia y en esta película donde demuestra todo su talento para un drama futurista que tiene momentos que lo dejan a uno sin aliento.
8.-¿Bailamos? (de Peter Chelsom): John Clark (Richard Gere) es un abogado con una vida normal y un matrimonio de años. aparentemente monocorde. Pero algo le falta en su rutina, y una pista al respecto la tiene cuando desde el Metro ve una hermosa mujer (Jennifer López) en la ventana de un llamativo edificio. Muy pronto descubrirá que el sitio es una academia de baile, y decide -impulsado más por la curiosidad que por la coquetería, o una extraña mezcla de ambas- inscribirse en un curso de baile a espaldas de su familia (esposa e hija).
Lo curioso de ¿Bailamos? es que no es un filme romántico -como aparenta al principio-, sino una historia sobre cómo alguien redescubre su pasión por la vida y su interés en lo nuevo. Gere está sólido en su rol de galán otoñal y la dinámica que el director consigue con el grupo de baile es muy divertida. Recomendable.
9.-Descubriendo a Forrester (de Gus Van Sant)
10.-Esplendor en la hierba (de Elia Kazan): una de las mejores películas de todos los tiempos, según Almodóvar.
11.-Killing Zoe (de Roger Avary): película escrita y dirigida por el canadiense Roger Avary (Manitoba, 1965) y producida por Quentin Tarantino.
12.-Rápida y mortal (de Sam Raimi): western del año 1995 que no me canso de ver, por tener una historia que te mantiene atrapado, amén de un reparto espectacular: Sharon Stone, Gene Hackman, Russell Crowe, Leonardo DiCaprio, nada más.
No soy seguidor de la filmografía de la Stone pero su actuación me parece muy buena, aunque Crowe se lleva muchas palmas con el inolvidable papel del predicador. Los flashbacks de la protagonista nos van mostrando un atroz recuerdo de la infancia que justificará cualquier deseo de venganza.
13.-Memorias de África / África mía (de Sydney Pollack): Con este largometraje el actor y cineasta Sidney Pollack ganó el premio de la Academia a Mejor director y fue también la mejor película en 1985.
14.-RAILS AND TIES / En las vías del tren (de Alison Eastwood): La hija de Clint Easwood nos regala su primera película. Un drama que involucra a dos familias. En ambos hogares la madre es la carencia (una elige la muerte mediante un atroz suicidio y la otra está a punto de irse víctima de un cáncer terminal). Una película recomendable. Triste. Con un final que se las ingenia para aparentar una ligera esperanza.
15.-
Nación Prozac (de Erik Skjoldbjærg): Cristina Ricci empieza la película desnuda, sumida en parte de todos sus problemas: una familia disfuncional, una madre que supuestamente espera demasiado de ella y sus continuas y recurrentes depresiones. He leído muchas críticas negativas respecto a esta película (incluyendo una que dice que lo mejor de la pela son las tetas de Ricci). Me parece una exageración. Nuestra incapacidad para comprender nuestras depresiones ya es un aviso palmario de que nos será mucho más difícil entender las depresiones ajenas. Sobre todo porque yo sé lo que es ir al psiquiatra para que te suministre drogas legales (o como prefieran llamarlo). Entiendo perfectamente lo de la "casa de las drogas", es más a veces siento que abuso de ellas. Lo de la 'perspectiva' está en veremos (creo que siempre está en veremos)... como las depresiones que pueden irse de un momento a otro y volver mañana sin pedir permiso.
16.-Stepfather / Asesino en casa (de Nelson McCormick): luego de ver, Rec 2 o Actividad paranormal, me cuesta calificar Stepfather (El Padrastro / Asesino en casa) como una película de terror. Es una historia cargada de suspenso con un inicio bastante interesante. Su final es muy flojo y, por supuesto, deja abierta la puerta para la segunda parte. Sobre 20 puntos le pondría 12 y tal vez estoy siendo generoso. Este es otro remake, la película original data de los años 80. Las actuaciones son muy buenas: sobre todo la del padrastro y de la madre.
17.-Avatar (de James Cameron)
18.-El profesor /Il camorrista (de Giuseppe Tornatore): Giuseppe Tornatore es un laureado director de cine siciliano. Nació en 1956, en Bagheria (Palermo, Italia). Treinta años después aparecería El profesor (Il camorrista), su primer largometraje. La película se sirve de un tema muy explotado en el cine, pero pocas veces con tanta calidad: la camorra (la mafia). Tornatore es un cineasta cuya obra debe ser seguida con atención, pues una de sus mejores películas, sino la mejor, le da título al presente blog: Cinema Paradiso, una de las mejores películas que he visto en mi vida y que todo el mundo debería ver, esta película aparecería un año despues (sería su segunda película), 1987. En El Profesor, las primeras escenas ya anuncian una violencia que no tiene límites: un sujeto utiliza a un niño para poder esconcer un arma y realizar un ajuste de cuentas. Años después ese niño, ya hombre, se arrebata al ver cómo un pícaro le toca las nalgas a su hermana Rosaria. Pierde la cabeza y la refriega se le va literalmente de las manos y termina asesinando al sujeto.Luego lo veremos en la cárcel y ahí se hará conocido como "El profesor". La violencia será el punto de partida para llegar a ser uno de los líderes de la camorra, comprará jueces, lo declararán loco y escapará de una manera bastante 'espectacular' del manicomio. Luego el imperio crecerá a la par de los asesinatos a sangre fría, idas y venidas, una hermana que se convertirá en su mano derecha y una historia que, de pronto, se alarga demasiado. Película a recomendar pero -insisto- que podría haber sido menos larga. Al final, vemos al Profesor encerrado, caminando infatigable y sumido en una locura que no aleja sus pensamientos de la camorra y de su pasado. Sale de la escena y, de pronto, podemos sentir su muerte, que es también la muerte de la película. He visto en algunas páginas de internet que la gente suele compararla con El Padrino. Es obvio que las comparaciones no son gratuitas pues ambas abordan un mismo tema: la mafia, pero con dos visiones distintas. En el caso de Don Corleone, vemos a un personaje muy humano, al patriarca de una gran familia que no sólo admiramos sino que -siento- uno quiere hacerlo suyo. Con El profesor pasa algo muy distinto, podemos notas a un sujeto inteligente, un líder, pero en ningún momento uno llega a sentir admiración o, acaso, un sentimiento bienhechor.
19.-El cabo del miedo/Cabo de miedo (de Martin Scorsese): es una película de Martin Scorsese (un remake) protagonizado por Robert De Niro, en donde las escenas más perversas pueden convertirse en un erotismo avasallador. Película violenta, salvaje, sobre el odio, el rencor, los ajustes de cuentas y la incapacidad de los ex reos para insertarse de nuevo en la sociedad.
20.-Está vivo (de Josef Rusnak): una chica queda embarazada pero todavía tiene muchos planes en su vida profesional, entonces su mejor amiga la asiste para planificar un aborto bastante traumático que finalmente no tiene el resultado esperado (el bebé, o el resultado de un aborto fallido nace y empieza una ola de muertes). He leído que se trata de un remake que es una pérdida de tiempo, escenas bobas y que en vez de llamar al terror invocan a una risotada.
21.-Actividad paranormal (de Oren Peli): hace muchos años escribí un cuento en el cual la hora jugaba un papel definitivo: "3:15". Luego de ver Actividad paranormal de Oren Peli puedo creer que la ficción tiene muchas posibilidades de convertirse en realidad (aunque la película de terror en mención trate de bosquejar un falso documental). Actividad paranormal es una película de bajo presupuesto (menos de 15 mil dólares) que ya está recaudando millones: el argumento resulta elemental, una pareja que tiene visitas del más allá. El hombre decide empezar a filmar para buscar una solución. Todo irá de mal en peor. Una película imprescindible del año 2009.
22.-Esas mujeres (de Ingmar Bergman): es, al parecer, el primer largometraje de Bergman a colores. En donde, se me antoja, las mujeres asumen el papel de musas del artista. Y el cineasta sueco trata de contrastar el papel del artista (en este caso un músico, un consumado maestro del violonchelo) y el del crítico (en la película también asume el papel de biógrafo de un personaje que nunca llegaremos a ver). "¡Pajarito! Tú cantas, sin preocuparte por la crítica exigente", dice uno de los personajes (el crítico); podemos inferir entonces que Bergman (el pajarito que se sirve del cine para cantar) intenta poner los puntos sobre las íes del proceso crítico y la incomprensión de los críticos. Es una comedia de poco más de una hora, por ratos reflexiva, por ratos absurda... al final el artista muere, pero eso no es un incoveniente para 'esas mujeres' que no demoran mucho en convertirse en las musas de un nuevo prospecto (para permanecer en el círculo vicioso).
23.-Awake / Despierto (de Joby Harold): Cada año cerca de 21 millones de pacientes, reciben anestesia general. La gran mayoría caen en un sueño plácido, no recuerdan nada. Pero 30 mil de estos pacientes no son tan afortunados, se encuentran a sí mismos incapaces de dormir, atrapados en un fenómeno llamado concientización de la anestesia. Estas víctimas quedan completamente paralizadas. No pueden gritar por ayuda. Están despiertos.
24.-La tapadera (de Sidney Pollack)
25.-Pretty Woman (de Garry Marshall)
26.-¿Qué pasó ayer? (de Todd Phillips)
27.-Kamchatka (de Marcelo Piñeyro)
28.-Mártires (de Pascal Laugier):
29.-Huracán Carter (de Norman Jewison)
30.-La decisión más difícil (de Nick Cassavetes)
31.-Gente Corriente (del maestro Robert Redford):
32.-Destinos opuestos (de Bryan Gordon)
33.-Gente poco común (de Noam Murro)
34.-Mala Noche (de Gus Van Sant): corría el año 1985 y el ahora célebre Gus Van Sant (ganador de la Palma de Oro del festival de Cannes por Elephant, y nominado al premio Oscar como mejor director por Milk y aplaudido por filmes como Paranoid Park) estrenaba su primera película, en blanco y negro: MALA NOCHE. El título no está traducido y deja entrever la influciencia de la cultura latina -más precisamente mexicana- en Estados Unidos: estamos hablando de los "mojados", es decir, de los ilegales. Y una exploración de un obsesivo amor homosexual.
35.-Amor a quemarropa (de Tony Scott): considerada la mejor película de acción-romance de los años noventa (y seguramente de hasta hora). El guionista -cómo no- es el inacabable Quentin Tarantino. Una poderosa historia de amor entre un amante de las películas de kung fu y una prostituta (o "dama de compañía" como se autodenima ella). Como siempre, los diálogos son de primer vuelo y las escenas impregnadas de esa violencia tarantiniana. Particularme la escena en que el ex-policía, al saberse a punto de morir sostiene un inaudito diálogo con su verdugo (un siciliano).
36.-SENSO (de Luchino Visconti): del cineasta italiano Luchino Visconti es, en palabras de Vargas Llosa, si no la mejor, una de las mejores películas de su vida: "Me hizo pensar en una novela de Stendhal hecha película. La escena inicial, con Alida Valli escobillándose esa cascada de cabellos dorados, es para mí una de las más eróticas de toda la historia del cine".Estamos frente a una relación que exaspera y que tiene un final trágico. Intensa, pero lo deja a uno con un sensación amarga (por el final de ambos personajes).Se puede ver a la escena que hace referencia Vargas Llosa acá (SENSO).

2010/03/14

14/03/2010: Contigo

2010/03/13

«La prostitución de las palabras» en el Proyecto Sherezade


El Proyecto Sherezade publica mi cuento en su edición de marzo. Y lo presenta así: La prostitución de las palabras es la historia de un oficinista que decide dejar su profesión para escribir la gran novela que lleva dentro de sí.

¿Cómo comenzó todo esto? Recuerdo que cuando sólo restaban un par de días para el día de mis cuarenta años, el cartero llamó a la puerta de mi departamento, para entregarme un paquete de libros que, junto a una risueña tarjeta de cumpleaños, me enviaba mi hermana Adela desde algún rincón de Palma de Mallorca.

Todos eran libros de ficción y, también, del mismo autor. Es por eso que, sintiéndome partícipe de un absurdo y efímero juego de lotería, tomé al azar uno de los cuatro y me sumí en el placentero viaje de La tregua. Viaje del que, al parecer, no retornaría nunca.

Me bastó menos de una tarde terminar de leer esa novela disfrazada de diario personal. Pero –ahora debo reconocerlo sin ambages–, me tomaría mucho más tiempo asimilar la caterva de repercusiones que tuvieron en mí esas páginas que, de alguna manera que hasta el día de hoy no llego a comprender con precisión, me aguijonearon para que tomara decisiones poco meditadas y –según mi abuela, que casi nunca falla– totalmente descabelladas que le darían otro talante a mi porvenir.

Para leer el cuento completo clic aquí.
Imagen: Puente de Fierro (Puente Bolívar), Arequipa

2010/03/08

«El secreto de sus ojos» de Juan José Campanella gana el Premio Óscar

Como habíamos dicho el día miércoles 03 de marzo en el diario El Pueblo de Arequipa, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, se presentaba como la gran favorita de las cinco películas nominadas al mejor largometraje de lengua no inglesa. Este galardón se veía venir luego de que este filme argentino se alzara con el premio Goya a Mejor película hisponamericana.

Juan José Campanella (Buenos Aires, 1959) nos cautivó a todos con El hijo de la novia, una película espléndida sobre los primeros amigos (la verdadera amistad que empieza en la infancia y, a pesar de los reveses, las distancias, el azar, crece como un árbol vigoroso a través de la vida), el amor que el tiempo no marchita sino enriquece, la violencia de una enfermedad como el Alzheimer, y las promesas o sueños que bien se pueden cumplir magníficamente a destiempo.
Ahora, en El secreto de sus ojos (la película argentina más taquillera de las últimas 3 décadas) Campanella vuelve otra vez a la carga con el gran Ricardo Darín -sería ocioso hablar del talento de este actor que lamentablemente no asistió a la ceremonia en el Teatro Kodak- para traernos un drama basado en la novela homónima del escritor, también argentino, Eduardo Sacheri.
La película relata una historia intensa (un thriller hecho a la medida de Hollywood): la mirada retrospectiva de un ex-agente de la justicia federal argentina, Benjamín Espósito (Ricardo Darín), que recuerda una investigación que marcó su vida y la de su mejor amigo (Pablo Sandoval, a cargo de un notable Guillermo Francella) y de la mujer que siempre amó íntimamente, Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil, merecedora por esta actuación del Premio Goya a la mejor Actriz Revelación).
Hay de todo: amor, tensión laboral, animosidades cáusticas, sangre, corrupción, rabia e inclusive el alcohol y la taberna como vicios alegremente aceptados (“como pasiones” o algo que se le asemeje). Una película imperdible que seguramente es de lo mejor que dejó el cine latinoamericano en el año 2009 y que, por eso mismo ya le había ganado La Teta asustada de la peruana Llosa en el duelo que tuvieron en aras del Premio Goya a la Mejor Película Hispanoamericana.
Bien decíamos, el miércoles pasado: "Ahora que parece ser menester ponerse la camiseta del Perú y alentar a la película de Llosa en los premios Óscar, habría que decir, a título personal, que la cinta argentina le saca varios cuerpos de ventaja".
Quizá lo mejor de la película -a un confeso amante del bar , el estadio y la farra- puede resultar siendo la definición de "pasión" por parte de Guillermo Francella (sí, el mismo que se derretía con la nena Julieta Prandi) y las escenas en la tribuna de Racing. Un gran logro, una película que vale la pena ver en más de una oportunidad.

Para leer y ver más sobre El secreto de sus ojos, clic acá.

2010/03/04

Último día



Por Alexander Campos Soto (*)

Deja vencer su cuerpo sobre la cama, hunde la cabeza en la almohada e intenta dormir. No lo consigue. Un edredón azul cubre, a medias, su enjuta humanidad. Escucha el ruido monótono que proviene de la calle. Ya nada le llama la atención. Ahora todo le apesta.

Desea sumergirse en el sueño, un vago aire llega a acariciarle las mejillas. La tristeza lo invade y de sus ojos se desprenden unas cuantas lágrimas. Y, por fin, se queda dormido.

Luego de unas cuantas horas, despierta. Mira la hora en el reloj que está sobre el velador. Son las tres de la tarde. “¡Cómo pasa el tiempo!”, se dice a sí mismo. Va deprisa hacia el baño, ve su semblante en el espejo, quiere creer que se trata de un rostro bello y lozano. Mentira: ahora lo divisa pálido, sin vida, como una hoja seca arrastrada por el viento.

Mira los anaqueles de la pequeña vitrina, tantas cajitas de antidepresivos y somníferos. Intenta tomar un puñado de cápsulas, un cóctel suicida… Una imagen perversa pasa por su mente y, luego de un repentino ataque de pánico, tira las pastillas por la ventana con una rabia que no cabe en su cuerpo.

Se dirige hacia el viejo ropero y desempaca el traje azul marino que le regaló su padre. Y piensa: “si tengo que morir, lo haré sin miramientos, pero también con elegancia”. Se siente soberanamente ridículo, un pobre diablo infinito.

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Cuando ya no tengas secretos es un Blog Colectivo donde se publicará esporádicamente trabajos de amigos y alumnos del Taller Virtual de Escritura Creativa "Cuando ya no tengas secretos". Sugerencias, consultas, envíos y colaboraciones: mazeyra@gmail.com. Para leer el cuento completo clic acá.