2015/08/27

El viajero inmóvil


La historia “El viajero inmóvil” aparece en la edición N° 263 del semanario Hildebrandt en sus trece. Acá un fragmento:

Pronto llegará Micaela con un nuevo regalo, el final, definitivo. Esta vez sin envoltorios, pero con una dedicatoria a puño y letra. La Santa Biblia. Sí, nada más y nada menos que una Reina Valera, de tapas oscuras y letras doradas: 
«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará».

2015/08/19

Dejarse llevar


La historia “Dejarse llevar” aparece en la edición N° 262 del semanario Hildebrandt en sus trece. Acá un fragmento:

Y Erick toma el computador portátil e ingresa a YouTube: encuentra el concierto en el estadio de Vélez Sarsfield de hace cinco años cuando él estaba estudiando en la Universidad de Buenos Aires. «Una lluvia torrencial, pero Charly García estaba entero, fue algo que no se puede contar, hay que vivirlo». Sí, hay cosas que no se pueden contar, sólo se viven. Se recuerdan. Si las quieres plasmar en una hoja en blanco las traicionas, las perviertes y, finalmente, las matas. Y también te matas. Cuando a Erick alguien le dice que tiene miedo de morir de sobredosis, él recomienda una cosa: «Sólo déjate llevar». Pase lo que pase: sólo déjate llevar.

2015/08/13

FBC Melgar: un sentimiento no tiene precio

Cuando era chibolo, después de alentar a mi equipo, volvía a pie desde el estadio Melgar. Por la Salaverry hasta la avenida Parra y luego bajaba hasta el Puente de Fierro. Llegaba a La Arboleda, tocaba la puerta de mi jato y mi vieja salía por la ventana del segundo piso. Le bastaba ver mi rostro para saber cómo había quedado el Dominó. Hoy, después de tremendo papelón, quiero recordar al equipo del año 1992, al que le tengo tanto cariño (ese FBC Melgar que me hizo llorar en la liguilla, porque yo sí he llorado por mi equipo): ganaran, empataran o perdieran yo, como hincha, sabía que había dejado todo en la tribuna (iba a la barra León del Sur y saltaba hasta quedarme sin piernas) y que ellos, por su parte, habían dejado la piel dentro de la cancha. Ahora no. Sólo sé que ellos (y Reynoso) pasan puntual por caja y nada más. Eso es lo que más jode: me pongo necio (o lúcido) y caigo en la cuenta de que un árabe ha venido (a Lima) a hacer buenos negocios. Ya lo dijo Bielsa: no puedes manejar a un club de fútbol como a una empresa (sociedades anónimas, negocios y más negocios): un HINCHA no es un obrero, un SENTIMIENTO no tiene precio. ‪#‎YoSíAmoAlDominó‬


FBC MELGAR del año 1992: equipazo.

2015/08/11

No tengo idea


Voy a cambiar si volvemos a ser dos. Voy a tener otra vez una vida. Solamente necesito que te vuelvas, para mirarte mientras estás dormida, porque la vida no es vida así: con mi otra mitad ausente. Yo que tengo prohibido morir voy a consumirme lentamente.
Sentimentalmente estarás presente, cada día que me quede todavía. Te quiero con el alma y con la mente, si no vuelves voy a dormir en la Gran Vía. Conoces mis defectos de memoria y olvidaste mis virtudes fácilmente.
Solamente reconoces mi capacidad pero nada nuestro sentimentalmente. Parece que un año es suficiente, parece que un año es demasiado. Para terminar con tanto miedo, lo mejor te lo has olvidado. No entiendo que te olvides de lo verdadero. No me importa si es difícil porque para siempre te quiero. Soy la mitad de la manzana, la mitad de la medalla, soy tu media raya peinada. Donde vaya estaré pensándote.

No te olvides cuánto tiempo te adoré apasionadamente. No éramos dos corazones, éramos un corazón solamente, solamente, solamente… un… solamente los dos.

A. C.

2015/08/09

Aniversario

Semanario Hildebrandt en sus trece - Edición N° 261
El colectivo, pasada media hora, me deja en el terminal terrestre y compro un pasaje para Mollendo. No dos, uno solo, pues soy un residuo: parte o porción que queda de un todo. ¿Dónde están las promesas sin cumplir? Residuo: aquello que resulta de la descomposición o destrucción de algo.
En la edición N° 261 de Hildebrandt en sus trece aparece la historia "Aniversario".