2011/02/20

En el umbral de la vida (1958): desgarradora e instructiva

Junten a tres mujeres grávidas en una habitación. O mejor: que sea Bergman quien las junte, y, a pesar de lo que se viene, dense por bien servidos.
Un drama con un trío de historias que convergen en el umbral de la vida. Este señor sueco tiene –porque gracias a su dilatada filmografía sigue vivo– una capacidad portentosa para entrar en el alma de las mujeres y hablar sin cortapisas de temas sensibles: el embarazo (deseado y no deseado), el aborto.
Bergman no sólo ha sido un artista excepcional, sino un pionero., un paradigma Un fenómeno capaz de explorar con lupa todas las aristas -la complejidad- de los seres humanos.

¿Qué nos dice el propio director al respecto?

Lo que vi fue una historia bien contada, algo prolija, de tres mujeres en una habitación de hospital. Todo era sincero, cálido e inteligente, en general extraordinariamente interpretada (…) Recuerdo que pusieron personal médico en las salas en que se proyectó. La gente se desmayaba de espanto. Al mismo tiempo recuerdo que el asesor médico de la película me dejó estar presente en un parto en el hospital Carolino. Fue una experiencia desgarradora e instructiva. Es verdad que yo tenía cinco hijos, sin embargo nunca había presenciado ninguno de los partos (era así en esa época). Me emborrachaba o me quedaba jugando con mis trenes de juguete o iba al cine o ensayaba o filmaba o me dedicaba a señoras impropias. No me acuerdo muy bien. En todo caso, el parto fue espléndido y nada complicado. La madre era joven y robusta y dio a luz entre gritos y risas. El ambiente era casi alegre. Yo estuve a punto de desmayarme dos veces, y tuve que salir y darme con la cabeza en la pared para despejarme. Luego volví aturdido y agradecido.

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