2011/03/22

Razones para no votar por PPK


Dicen que el señor Pedro Pablo Kuczynski Godard, más conocido como PPK, es el favorito en Internet; lo que involucra una proliferación de correos electrónicos, mensajes en Twitter y, cómo no, en redes sociales como Facebook (eso y más: los jóvenes lo apoyan porque, entre otras cosas, pone microbuses en las puertas de las universidades privadas para trasladarlos a Planetazos Cheleros y, luego, tienen el cuero de acusar a Alejandro Toledo de borracho).
Sin embargo, lo que la gente despistada que votará por el gringo ignora, es que detrás de esta supuesta subida en las encuestas del peruano-norteamericano está la mano del Apra y los intereses del oligofrénico Alan García.
Señores: Kuczynski no pasará a la segunda vuelta, como ya sucedió con la señorita Lourdes Flores Nano. Toda la gente que votó por el decente Valentín Paniagua le abrió la puerta de Palacio de Gobierno a García Pérez y a toda su pandilla de ratas y escorias.
Votar por PPK es darle el pase a segunda vuelta a Keiko Fujimori.

Acá, les dejo un fragmento de un artículo del escritor Herbert Morote:

Ya sé que en este momento me quieren saltar a la yugular, eso es normal, los ignorantes son así, cuando no pueden defenderse insultan, o desprecian. Pero permítanme preguntar al primero de la clase alta que se me abalance o a sus sicarios si sabe quién es Naomi Klein. No, no es modelo ni cantante de rock. Tampoco es actriz ni relacionista pública. Bueno, si ese petulante de la clase alta que se cree educado no ha leído a Naomi Klein, tampoco habrá leído a Paul Krugman, Joseph Stiglitz, y menos habrá estudiado a Tony Judt o Noam Chomsky y a muchos otros intelectuales más que no son comunistas, ni anti estadounidenses. No, son estudiosos que creen en el capitalismo y desean el progreso de EE UU.
Lo que estos autores critican y desenmascaran son a personajes como Pedro Pablo Kuczynsky que en su insaciable apetito se apoderan de países para saquearlos en beneficio propio o de las inescrupulosas empresas que los subvencionan. ¿No me cree? Antes de votar lea “La Doctrina del Shock” de Klein, o cualquier libro de los otros autores arriba mencionados.
PPK es el típico sicario económico, frío, inescrupuloso, con excelentes contactos con especuladores financieros de su misma calaña, esos que se hacen millonarios en cada crisis económica, con cada explotación minera que hacen sin gastar en la prevención de la naturaleza, ni la protección del cambio climático, y menos en pagar salarios decentes o contribuir al progreso del país. ¿Para qué hacer eso si esa empresa la venden en cuanto aparecen problemas, quejas o denuncias?
Las relaciones de PPK son amplias, eso es cierto, pero no las mejores para el país. El Perú lo que necesita son socios, no explotadores ni saqueadores. Pero, la clase alta no tiene la menor idea de la sofisticación que usan los insaciables para apoderarse de un país, claro, son ignorantes a pesar de que algunos hablen inglés, se vistan con artículos de marca, y se broceen en las playas de moda. Pero la mona aunque se vista de seda siempre mona se queda. ¿Entonces, por qué van a votar por PPK? Precisamente por eso: por ignorancia. Porque creen que el crecimiento del PBI es todo
• A pesar de que no sepan a donde va el dinero,
• A pesar de que la educación del país aparezca en los últimos lugares del mundo sea la encuesta que sea.
• A pesar de que la sanidad pública sea un asco
• A pesar de que la desigualdad económica del país conlleve un peligro social que puede estallar en cualquier momento.

A pesar de eso y más la clase alta votará por PPK porque quiere ser como él.
• Doble nacionalidad que justifica diciendo que si es elegido presidente renuncia a la de EE UU
• Rico mentiroso que no declara las acciones y participaciones que tiene en sociedades de inversión
• Se codea con el mundillo de especuladores financieros.
• Toca la flauta.

¿Y la clase media? Bueno, la clase media también está contaminada. Oyen a los de arriba y creen que tienen razón a pesar de que no tengan tampoco ni idea de lo que representa PPK.
Felizmente, la clase baja igualmente ignorante sospecha de PPK. Por ahora su aversión es intuitiva, pero cuidado, podría cambiar si los millones de los filibusteros de PPK inundan los medios de comunicación con mensajes que lavan el cerebro de todo aquel que se descuide.

De todos los candidatos PPK es el peor no solo porque es el más inescrupuloso y el más desapegado con el país sino porque tiene la capacidad de hacerle más daño que los otros.

Actualización: agrego el artículo de César Hildebrandt

SI QUIERE EL INCENDIO, VOTE POR PPK

Si usted quiere, como querían los marxistas, agudizar las contradicciones del Perú y tensar sus conflictos hasta las cercanías del drama, sea coherente: vote por el estadounidense PPK.
Con ello garantizará que el Convenio 169 de la OIT sea burlado, que el gas de Camisea no se le venda a los peruanos sino a los mexicanos y chilenos (porque eso le conviene a los empleadores de PPK), que lo que queda del Perú sea rematado (incluyendo el agua potable y el Muelle Norte) y que, por último, nos convirtamos, frente a Washington, en una versión todavía más agachada que la del rampante Álvaro Uribe.
PPK no es peruano. Eso está muy bien. Henry Ford tampoco lo era. Ni Teddy Roosevelt. Pero ni Ford ni Roosevelt postularon a la presidencia del Perú.

PPK es un lobista sin escrúpulos, un rudo hombre de negocios que juega a ganador y ya ha obtenido bastante mezclando promiscuamente, desde sus posiciones de ministro y asesor de varios regímenes y de muchas empresas extranjeras, lo público y lo privado.

Es más: yo no sé si PPK es un estadounidense de veras. Lo que sí sé es que es un cosmopolita del billete. Si mañana hubiese guerra entre Estados Unidos y China, PPK se refugiaría en la sede del Banco Mundial. O en algún guarique centroamericano del FMI o en el consulado polaco de Nueva York. Porque PPK no es el tío Sam. ¡Es papá Johns!

Y no necesito decir cuánto demoraría en asilarse en la embajada de los Estados Unidos en Lima si el Perú entrase en conflicto con algún país vecino.

No está prohibido ser una omnívora piraña internacional. Lo que sí es muy mal gusto es que alguien que no cree sino en el dinero nos venga a hablar de políticas de Estado y de justicia social.

Los chicos de las clases A/B no es que se la hayan creído. Es que son tan anarquistas, tan nihilistas, tan computacionales y tan metaleros que no les importa que un extranjero voraz disfrazado de flautista los gobierne. Total, si muchos de sus padres se arrodillaron ante un ciudadano japonés, ¿por qué no PPK? Total, si el Perú sigue siendo una mina, una encomienda, un burdelito, un denuncio, un bosque por talar y montañas de oro que entregarle a los de afuera, ¿no es coherente votar por un exitosísimo expatriado con más de un pasaporte? ¿No es acaso PPK el hombre sin atributos morales que el cine ha hecho héroe y la tele paradigma? ¿No es bacán ser un Michael Douglas en Wall Street?

El problema es que una hipotética elección de PPK nos volverá a ese derechismo pradista que incubó el violentismo de los 60, el golpe izquierdista de los 70, la locura senderista de los 80.
No es la primera vez que el mundo conoce un periodo de bonanza. Entre 1950 y 1975 hubo, en líneas generales una altísima tasa de crecimiento. Y el Perú no fue ajeno a este ciclo. El asunto es que ese cuarto de siglo no fue aprovechado para construir las bases de un Estado moderno y de una sociedad menos equilibrada.

Hoy nos pasa lo mismo.

La prosperidad ha pasado como un bólido delante de las narices de millones de peruanos.
Durante este corrupto segundo gobierno de García, por ejemplo, ha ocurrido lo siguiente:
1. 1. La participación de la remuneraciones del Producto Bruto Interno bajó de 23.1% en el 2006 a 20.9% en el 2010.
2. 2. El ingreso per cápita –ese pendejismo- aumentó en 24.4%, pero los salarios reales bajaron 6%.
Félix Jiménez nos ha recordado que el 77% de la Población Económicamente Activa está en servicios y comercio con sueldos promediales de 650 soles y muy escasa productividad. Y nos ha subrayado que entre el 2006 y el 2010, mientras los García y los Cornejo se llenaban los bolsillos por segunda vez, salieron del país, como utilidades de las inversiones extranjeras 37,000 (trentisiete mil) millones de dólares. ¿Y cuánto entró de recursos externos en ese mismo periodo? Pues diez mil millones de dólares menos de lo que se fue.

Para terminar de persuadirnos, Jiménez se vale de esta pedagógica comparación: en el 2010 se expatriaron, como utilidades de capital foráneo, 8,900 (ocho mil novecientos) millones de dólares es decir 25 mil millones de soles, monto superior a los ingresos anuales de todos los pobres del Perú, los mismos que llegan a los 21 mil millones de soles.

García dice que crecemos. El problema es cómo. Durante el régimen que terminará este julio las exportaciones reales han aumentado 3.8% al año. Las importaciones, en cambio, han crecido a un ritmo anual de 16.6% ¿No era que somos una virtual potencia agroexportadora? No. No es así.

Hace un tiempo, invitado por la universidad católica, vino el economista estadounidense Dani Rodrick, profesor asociado de Harvard a través de la escuela John Kennedy. Rodrick se encargó de recordarnos que no hay crecimiento veraz y sostenido – es decir, desarrollo- sino hay un proceso sin pausa de incremento de la productividad, crecimiento de la demanda interna e industrialización.

Eso supone aquello que aterroriza a los Neanderthal del liberalismo que han monopolizado la agenda política peruana: concertación entre el Estado y los privados y, en algunos casos, sí, no se horroricen: planificación. Como en Corea del Sur o Singapur.

Pero no es posible concertar si el capital nacional es cada día menos significativo. En 1950 el capital extranjero en el Perú representaba, como porcentaje en la generación del PBI, el 10 por ciento. En 1968, cuando los militares nasceríais irrumpieron en la escena, ya era el 22%. Después de Fujimori, en el 2000, esa cifra llegó a 29%. Y en el 2007, con García en la plenitud de su política, alcanzamos el 34.5% de capital extranjero respecto al PBI.

Por eso – y por muchas otras cosas– es que en todas las encuestas realizadas sobre el tema de la situación económica, más del 70 por ciento de los consultados (73.9% en la más reciente) solicita que el modelo cambie. Eso es lo que calla la prensa conservadora y su falange de voces adjuntas.

Hay un malestar extendido en el Perú. Que la prensa lo silencie no significa que no exista. Ese desasosiego tiene que ver con las desigualdades, con la ceguera de la clase política, con las exclusiones, con la corrupción impune. Hay un gran banquete, pero hay millones que lo miran, con rabia, detrás de una alambrada.

Si usted no quiere uno sino varios baguas, una pradera de hierba seca y una chispa en el Vrae, un descontento que radicalice las protestas y haga ingobernable el país, no lo dude: vote por PPK. Si usted quiere otro 5 de abril, vote por quien hará imposible vivir en democracia. Y si usted es de quienes están pensando que necesita un PPK que incendie la pradera para justificar una nueva dictadura, pues lo felicito: va en el camino correcto.
Y si yo fuera Abimael Guzmán me estaría frotando las manos.

3 comments:

Unknown said...

Si es el peor candidato entonces cual crees que sea el menos peor de todos y por cual aconsejarias votar?, particularmente Yo no voto ni por keiko ni Toledo, asi q quedaban dos opciones, pero me gustaria saber quien es el idoneo,

Atte.

Malena Valdivia

Orlando Mazeyra Guillén said...

Hola, Malena. Visité tu blog, gracias por enlazarme. Está muy bueno el tuyo. Yo también quiero votar por el menos malo y si supiera cabalmente quién es el más idóneo, entonces de lo diría.
Yo no quiero, por sobre todas las cosas que la hija del dictador pase a 2da. vuelta y el voto por PPK hará esto posible (ojalá que no).

Unknown said...

Se comprende, pero entonces cabe la batalla entre Toledo y Ollanta y ya sabemos que reeleccines no funcionan, entonces solo queda una opcion ... un gusto leerte